Introducción a la homeostasis

La homeostasis consiste en el mantenimiento de la condiciones de un medio interno casi constante mediante un conjunto de mecanismos reguladores, generalmente manejados por procesos de retroalimentación (generalmente negativa).

El medio interno se maneja como el LEC, es decir, todo el líquido que se encuentra dentro de las barreras del cuerpo, pero fuera de las células, siendo un ejemplo de esto el plasma sanguíneo o el líquido intersticial. En este líquido se encuentran disueltas diferentes moléculas, que pueden ser tanto nutrientes como productos de desecho. Es, por lo tanto, el medio donde nuestras células coexisten, "viven".

Para lograr mantener las condiciones del medio interno el cuerpo recurre a los mecanismos reguladores, basados en compensación. Estos pueden actuar ante variables (o cambios) internos o externos, que alteren las condiciones o alteren las constantes fisiológicas del cuerpo. Para llevar a cabo esta compensación debe existir un cambio, el cual será detectado por un sensor, esto se integrará para que más adelante un efector de una respuesta y se de la compensación. Ejemplo: Una persona que está en un cuarto muy caliente; su temperatura corporal se verá afectada por los cambios de esta variable externa, comprometiendo las condiciones de su medio interno; este cambio se detecta por lo que más adelante se efectuará una respuesta; se activa el efector, que en este caso son las glándulas sudoríparas que liberarán líquido para compensar el cambio en la temperatura.

Las condiciones del medio interno y las funciones del cuerpo pueden ser medidas por ciertos parámetros (no invasivos y fáciles de obtener) denominados constantes fisiológicas, estas no cuentan con un valor único, sino que se maneja en rangos de valores mínimos y máximos, donde rebasar estos límites indica algún problema. Más adelante en el diagrama se indican algunas de estas constantes con sus valores correspondientes.